Con la llegada del verano, el buen tiempo y que las medidas restrictivas sanitarias debido al coronavirus se van suavizando, pasamos un mayor tiempo al aire libre. De igual manera que en la playa o la piscina protegemos nuestra piel con cremas solares y nuestra cabeza con gorras y sombreros, con los ojos también debemos reforzar esa protección solar, con el objetivo de minimizar los efectos negativos de la incidencia de los rayos ultravioletas del sol en la zona ocular.
Cada vez son más las tiendas de moda, bazares, regalos promocionales, top-manta, gasolineras… que se unen a esta venta de gafas solares, sin que estos cuenten con el control sanitario del óptico-optometrista.
Las gafas de sol son artículos de protección que deben cumplir una normativa europea en cuanto a propiedades y calidad, pero no existe un control de inspección sobre ellas. Las gafas de sol se importan y distribuyen solo con el auto-informe del fabricante. Por ello la venta de gafas de sol se prolifera sin contar con la garantía de salud adecuada para nuestra visión.
Todas las gafas de sol deben cumplir, al menos:
Llevar el marcado “CE” de conformidad europea de forma indeleble, la identificación del fabricante o distribuidor en la UE y la referencia del modelo.
Debe estar libre de aristas vivas y rugosidades así como presentar estabilidad estructural.
Los lentes deben estar exentos de arañazos, estrías, burbujas, fisuras, irregularidades y deformaciones.
Los lentes deben presentar una resistencia mecánica a la rotura y los impactos y una estabilidad frente al calor.
Los lentes deben ser de potencia nula, ópticamente neutras, es decir, sin graduación y no presentar efectos prismáticos (desviaciones ópticas).
En las varillas y/o en los lentes debe figurar de forma indeleble la categoría del filtro solar de los lentes del 1 al 4 (cantidad de absorción lumínica)
Los lentes deben filtrar o eliminar la radiación UV nociva por debajo de los 400nm.
Cada gafa debe ir acompañada de un folleto o instrucciones para el usuario.
¡Sigue leyendo!
8 razones para adquirir tus gafas de sol en establecimientos de óptica y optometría:
1) En las ópticas la protección UV está garantizada: utilizando gafas de sol homologadas de calidad adquiridas en ópticas, te aseguras tu protección ya que han pasado todos los controles sanitarios necesarios y están equipadas de los filtros adecuados de protección contra los rayos UV.
2) Es mejor NO usar gafas de sol que usar una no homologada: las gafas de sol de dudosa calidad también pueden provocar una falsa sensación de seguridad y generar un daño mayor en los ojos que el hecho de no utilizarlas. Los lentes de gafas de sol de baja homologación pueden hacer que la pupila se dilate más y la radiación pueda penetrar en mayor medida hasta la retina y causar graves daños visuales y oculares
3) Estarás asesorado por profesionales: el óptico-optometrista es la figura profesional sanitaria indicada para recomendarte unas adecuadas y seguras gafas de sol, teniendo en cuenta tus características oculares, tu estilo de vida y para qué actividad las vas a utilizar.
4) Ojo con los niños y adolescentes: Casi el 50% de la radiación ultravioleta UV a la que nos vemos expuestos a lo largo de la vida incide ocularmente antes de los 18 años. Por ello, el uso de gafas de sol de baja calidad está contraindicada totalmente en niños y adolescentes y puede conllevar a corto plazo fotofobia y fotoconjuntivitis, pero también, a largo plazo, el daño puede ser más grave en forma de alteraciones corneales y lesiones degenerativas.
5) Operados de miopía, cataratas o con patologías oculares. Las personas que han pasado por alguna cirugía ocular o sufren alguna patología degenerativa, son especialmente sensibles a radiaciones de alta energía (UV) o de alto poder calorífico (IR). Por ello las gafas de sol de baja calidad ponen en riesgo su salud ocular. En estas situaciones es recomendable el asesoramiento sobre productos específicos con mayor seguridad.
6) Para todos los usos: el óptico-optometrista te asesorará sobre qué tipo categoría debe tener o los filtros que puedes utilizar en tus gafas de sol. Existen diferentes categorías (del 0 al 4), dependiendo de la cantidad de luz que son capaces de absorber; y varios filtros de colores dirigidos especialmente a determinadas condiciones visuales o actividades que se vayan a realizar, así como fotocromáticos, polarizados o espejados, entre otros.
7) Posibilidad añadir nuestras dioptrías: una de las principales ventajas de contar con unas gafas de sol homologadas de calidad adquiridas en ópticas es la posibilidad de adecuar nuestros cristales a las dioptrías que presentemos, con el objetivo de que protejan nuestra visión mientras que nos aportan una agudeza y calidad de visión óptimas, compensando nuestros defectos refractivos.
8) Apuestas por la salud visual: saber que tu visión está en manos de profesionales sanitarios y que utilizando gafas de sol homologadas de calidad se reducen los efectos nocivos oculares y orbitales de la radiación solar es la mayor garantía de salud que puedes tener para cuidar tus ojos y tu visión toda la vida.
En definitiva, adquirir gafas de sol en los establecimientos de óptica y optometría con asesoramiento profesional, en vez de en otros lugares o ciertos portales de Internet donde no se observa un control específico supone una verdadera inversión en salud visual de la que no nos arrepentiremos, y que llegaremos a agradecer a medida que pasen los años.
Jorge L. Maguilla Aguilar
Óptico-Optometrista
Colegiado COOOA 3.337
La informacion procede de la iniciativa TuOptometrista.com
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